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martes, 22 de abril de 2014

EL CANCER DE CERVIX

EL CANCER DE CÉRVIX O CUELLO DE ÚTERO
El carcinoma invasor de cuello uterino es una enfermedad de transmisión sexual causada por el virus del papiloma humano (VPH). Este virus utiliza el epitelio escamoso para su propia síntesis e integración celular, lo que da lugar a una respuesta inmune. En último término, puede producirse una transformación neoplásica de la unión escamocolumnar, hecho que depende tanto del virus como de hábitos del huésped:

• Factores ambientales y del huésped:
o Uso de anticonceptivos orales durante un tiempo de 5 años o más.
o Paridad: más de 5 embarazos a término.
o Tabaquismo
o Edad de inicio de las relaciones sexuales: cuanto menor es la edad mayor es la prevalencia.
o Coinfecciones: los cofactores más conocidos son la infección por Chlamydia trachomatis y el herpes simple tipo 2.
o Estado inmunológico.

• Factores dependientes del virus:
o Tipo viral
o Persistencia de la infección en exámenes repetidos
o Carga viral por unidad celular: la “cantidad de virus” que existe en el tejido.

Alrededor del 80% de todos los cánceres de cérvix que se diagnostican cada año, ocurren en países en vías de desarrollo, donde constituye una de las causas más frecuentes de muertes por cáncer.

En España el cáncer de cérvix ocupa el sexto lugar en frecuencia y constituye el 4,8% de todos los cánceres en las mujeres. Es el segundo más frecuente en mujeres detrás del cáncer de mama. Presenta una tasa de incidencia de entre 3,4 y 12,2 casos por 100.000 habitantes / año, una de las tasas más bajas del mundo. La tasa de mortalidad es de 2,7 por 100.000 mujeres / año.
La tasa de infección por VPH en España se sitúa en el 2% anual. En un alto porcentaje, algunos estudios hablan del 80% de las infecciones, desaparece en un periodo de entre 12 y 18 meses, debido a una respuesta inmune.

En España existe un programa de cribado de cáncer de cérvix basado en la realización rutinaria de citologías a las mujeres desde el inicio de las relaciones sexuales y durante toda la edad adulta. El programa actual está estructurado para la realización de dos citologías separadas por un año, y en el caso de ser las dos negativas, se pasan a realizar cada 3 años. Esta distancia entre citologías se justifica por la historia natural del cáncer de cérvix. Desde que surgen las lesiones más leves detectables en una citología, hasta la aparición del carcinoma invasor, puede pasar una media de 10-12 años. Durante este periodo la lesión precursora detectada se puede eliminar mediante técnicas poco invasivas. Por este hecho, se justifica la realización de citologías cada 3 años y no antes, siempre y cuando los resultados de las citologías previas no mostrasen ninguna alteración, en cuyo caso se harían exámenes antes de los 3 años, dependiendo de la alteración detectada.

Lo que se consigue determinar a través de una citología es si las células del cérvix son normales o presentan alguna alteración susgestiva de patología. En función de este resultado, determinadas alteraciones celulares pueden requerir mediante otra prueba la determinación de la presencia de virus del papiloma humano (VPH) que se realiza de forma muy similar a una citología. Además de esto, la citología también nos informa acerca de la flora que existe en la zona en ese momento: si es normal o si existe alguna infección (bacteriana o por hongos).

Para realizar tu citología, pide una cita con la matrona de tu centro de salud.

Un saludo,
Nuria.


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